Wingsuit, Vive o Muere.

No hay deporte extreme hasta el día de hoy, que me impresione más, como es esta variante del salto base. Me desconcierta el ver como se juegan la vida, por pura diversión, saltando desde lo más alto de una montaña. No sé si decir que están locos o son unos fenómenos con unos cojones y unos ovarios tremendos. Me llama la atención el equipamiento que llevan: unas gafas, un casco… ¿un casco? ¿Para qué sirve llevar casco si planeas a más de 200km/h por un terreno irregular lleno de rocas y árboles? ¿Para llevar la cámara enganchada? No creo que te salves, solo con un golpe a esa velocidad finiquitas esta vida en un segundo. ¿Y ese traje?, que cuando se lo ponen se parecen a Chavela Vargas con uno de los ponchos que llevaba en sus actuaciones o a ese angél que descendia de los cielos y abrazaba a Michael Jackson en la gira Dangeruos cuando cantaba "Will You Be There", espectacular.
Esa sangre fría de dejarse caer al vacío, como si fuera lo más normal del Mundo, sabiendo que puede ser el último salto. Me recuerda a un amigo motorista que me dice que cuando coge una curva lo que se le viene a la cabeza es que es la última curva que va a tomar y que se termina todo ahí.  Estos chavales se lanzan a planear ladera abajo, bordeando montañas que casi que pueden alcanzar a tocándolas con la mano, pasando entre medio de huecos de las rocas y terminan soltando un paracaídas para volver a tierra firme.

Nos regalan impresionantes imágenes, que quedan inmortalizadas en una o varias pequeñas cámaras que llevan en el casco o repartidas por el traje. Momentos que se te encoge el estómago mientras contemplas el descenso, que no tendrán nada que ver con la verdadera sensación que tienen que sentir en esos momentos, pero aun así te dejan sin respiración.

Está claro que el traje no es un traje corriente. Está compuesto de tres membranas, una une las piernas y las otras dos los brazos a las piernas, que se despliegan una vez se abren las extremidades. Le dan un aspecto muy similar a un pentauro, un pequeño marsupial australiano que puede planear de rama a rama. Estas membranas llevan unos conductos por donde entra y circula el aire, ayudando a que el piloto se pueda desplazar horizontalmente y disminuya el descenso en vertical. Aunque menos acrobático que el salto base clásico permite realizar maniobras espectaculares muy similares a la de los pájaros.


La modalidad de Wingsuit entraña un gran peligro como te puedes imaginar, un mal cálculo de velocidad, altura o un mal movimiento tiene difícil solución. La pérdida de control en esta práctica tiene una alta probabilidad de terminar en el barrio de los callados ya que planeas muy cerca de elementos como rocas y copas de árboles. Ocurre lo contrario si se realizan saltos de este tipo desde un avión, el único elemento con el que te puedes topar es el suelo y porque no se te abra el paracaídas.



La obsesión del hombre de surcar los cielos viene de muy atrás, existen bocetos de Leonardo Da Vinci, entre otros, que lo demuestran. Se comenzó estudiando a las aves para ver cómo podía el hombre elevarse del suelo. Uno de estos estudios en 1930 hizo que se comenzaran a crear trajes aéreos para que el hombre se pudiera desplazar en vertical en el aire. Los materiales que utilizaban eran lienzo, madera, seda, metal. Los trajes, similares a los actuales, tenían una membrana entre las piernas y al abrir los brazos salía otra más parecida a unas alas de dragón. Por desgracia no eran nada seguros ni eficaces, ya que de 75 personas que los probaron 72 murieron en el intento, provocando el abandono del estudio y se centrándose en la aeronáutica.

60 años después Patrick de Gayardon retoma la idea. Crea un traje que otorgaba una cierta seguridad y una eficacia incomparable a los sucesores. Tras probar un nuevo prototipo con un nuevo diseño Patrick fallecía en Hawái el 18 de abril 1998 tras estrellarse. La idea de volar no desapareció esta vez, todo lo contrario, ganó más fuerza tras la muerte del piloto por los avances alcanzados.
1999 Jari Kuosma y Robert Penick toman el testigo de Patrick y comienzan a crea un nuevo diseño de traje aumentando la seguridad y al que llamaron “Birdman Classic”. Esto genero la creación de una nueva compañía “Birdman Inc”, que no solo creaba trajes, también programas para instructores con la intención de hacer desaparecer el estigma de los trajes. Ofreciendo seguridad y que esté al alcance de todos. Se creó un nuevo mercado donde aparecieron empresas que diseñaban sus propios trajes.

Aun así, hoy en día, el Wingsuit es una práctica altamente peligrosa y que por desgracia cuesta la vida a muchos jóvenes al año. Han llegado a prohibir en algunos lugares estos tipos de saltos por la alta accidentalidad. Para poder realizar saltos entre montañas tienes que pasar por un periodo de preparación compuesto con un mínimo de 100 salto en paracaídas, 100 saltos base y 100 saltos Wingsuit desde avión. Los expertos recomiendan tener el mayor número de saltos para alcanzar una gran experiencia y en situaciones límites la reacción del piloto sea más rápida y eficaz. 



Disfruta del WINGSUIT

   






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